Me alegró ver que el Museo Nacional de las Mujeres Artistas destaque esta obra de Remedios Varo. Se colocó esta pintura en el centro de una gran sala, con una obra bonita de Frida Kahlo a su lado. En mi reciente visita, vi a algunos jóvenes que corrieron para tomarse unas fotos con la pintura de Kahlo. Como podéis adivinar, estimados lectores de este blog, la obra de Kahlo fue un autorretrato muy bien hecho. Claramente, es una obra muy bella.
Los jóvenes no prestaban atención a la pintura de Varo, aunque el museo le daba el lugar de honor en esta sala. No se pararon para contemplar la pintura de Varo, aunque la figura principal tiene el pelo rojo y largo suspendido en el aire contra la ley de la gravedad. Ellos no le echaron un vistazo, aunque ella resplandece con su vestido naranja, su vestido casi del color del oro. En resumen, ellos no respondieron a la llamada de esta obra, aunque Varo la tituló “La llamada.”
En los Estados Unidos, Remedios Varo todavía vive en la frontera de la fama. Entre nosotros, ella todavía está escondida en el fondo de las artistas de su época, de sus tiempos. Google dio a Varo un regalo en su cumpleaños de 2015, un doodle con la figura central visible en “La llamada.”
Pero, por lo general, solo los aficionados del surrealismo o los de la pintura latinoamericana en los Estados Unidos conocen las obras de Varo. Muchas de sus pinturas quedan en manos particulares. No es muy común verlas en las paredes de los museos. Y parece que hubo solo tres exhibiciones dedicadas a su obra. Según el sitio web del Museo Nacional de Mujeres Artistas en Washington, D.C., la primera fue en la Ciudad de México en 1961. Se dice que Diego Rivera asistió y halagaba las obras de Varo que vivió muchos años en México sin atraer mucho la atención por su arte. He oído que a Rivera y su circulo de artistas mexicanos y exitosos no les interesaban muchísimo los artistas europeos y refugiados que llegaron a su país, huyendo de Franco y Hitler. Varo fue refugiada debido a ambos. Nacido en España, ella huyó a París. Vivía por muchos años allí antes de que los nazis amenazaran esta ciudad.
Desafortunadamente, Varo murió en 1963, solo un poco después de empezar a recibir la atención que sus obras merecían. El Museo de Arte Moderno del Distrito Federal hizo una exhibición de sus obras en 1994 y el Museo Nacional de Mujeres Artistas hizo otra en 2000. Las obras de Varo aparecen en varias exhibiciones en los años siguiente, como “In Wonderland: The Surrealist Adventures of Women Artists in Mexico and the United States.” Lástima que no pude ver esta exhibición. Esperaba que hubiera algún lienzo de Varo en la maravillosa exhibición del Museo de Arte de Philadelphia, “Paint the Revolution: Mexican Modernism, 1910-1950.” Le agradezco a la gente que hizo esta exhibición con muchas obras de Rivera y David Siqueiros y también de artistas menos conocidos como Saturnino Herrán y Dr. Atl. Os recomiendo ver esta exhibición si podéis. Para mí, una decepción pequeña fue la omisión necesaria de las obras de Varo. Ella florecía en su arte a finales de la década de 1950. Evidentemente, no presté la suficiente atención a la noticia de esta exhibición antes de que fuera a Philadelphia, con las fechas firmes de 1910-1950. Si yo hubiera pensado en los años que la exhibición destacaba, no tendría la expectación, la esperanza, de ver las obras de Varo.
Me parece irónico esta falta de dar la atención a un detalle tan importante en relación con las obras de Varo. Ella incorporaba tantos detalles fascinantes y minúsculos en sus pinturas. Se necesita mirarlas con plena atención para comprender lo que está pasando, o crear sus propios cuentos de lo que sucede en los mundos que ella pintaba. Me siento muy afortunada de haber tenido la oportunidad de pasar un rato con “La llamada,” y de tener la oportunidad de pensar en el papel que tienen las mujeres casi escondidas en este retrato de un ser incandescente.
Feliz cumpleaños, Remedio Varo. Espero que el mundo te reconozca muy pronto por el genio que eras.